¿Qué les gusta a los mayores de la red?
En los cursos de iniciación a Internet que en Mayormente impartimos a seniors resulta siempre estimulante descubrir qué usos y servicios son los que más buena acogida tienen, los que más les impulsan a continuar utilizando la red. Y lo más sorprendente es que, si bien siempre hay aspectos que llaman la atención, no se percibe una respuesta homogénea. Algunos preguntan mucho sobre funcionalidades de correo electrónico y otros no acaban de ver qué uso pueden darle. Hay quienes se quedan prendados de la posibilidad de pedir una cita online con el médico, de comprar en comercios electrónicos o de pasear con el street view de google maps y otros que no le ven la gracia a ninguna de estas opciones, pero se deleitan saltando de enlace en enlace en la wikipedia.
La pregunta que subyace es ¿tienen los mayores algunas páginas favoritas de Internet? ¿Hay contenidos especialmente atractivos para ellos que quienes trabajamos en este ámbito tengamos que conocer?
Existen varios estudios que han tratado la cuestión. Por ejemplo, “Los mayores ante las TIC” de la Fundación Vodafone concluía que los mayores buscan tanta información sobre bienes y servicios como otros segmentos de edad y que, contrariamente a lo que pudiera pensarse, la búsqueda de información de salud no tenía especial incidencia en este tramo de edad. También muestra que quienes acceden a Internet de forma regular leen la prensa, emplean el correo electrónico o simplemente navegan con normalidad, pero que, en cambio, tienen cierta reserva a comprar en la red o a registrarse en páginas que les piden datos privados. Además, parece que todavía no se sienten a sus anchas en las redes sociales.
En otros informes se ponen de relieve otras conclusiones llamativas, por ejemplo que el uso de banca online es proporcionalmente más alto en mayores que en otras franjas de edad y que más de la mitad de seniors ha establecido relaciones sociales virtuales, ya sea mediante foros, chats o comunidades de varios tipos.
Son datos a tener en cuenta y en los que nos gustaría profundizar todavía más. Pero estos mismos estudios también revelan algo igual de interesante. Y es que, en primer lugar, basta con una formación específica destinada a ellos para que muchos de estos miedos y reservas queden atrás. Una vez superada la brecha, los usuarios mayores son tan activos, curiosos e independientes en la red como los de cualquier edad. Y en segundo lugar que se ha probado que el uso de Internet tiene beneficios objetivos en la población mayor y que contribuye a un envejecimiento más activo.
De todo ello podemos sacar muchas enseñanzas. Pero una se impone como evidente: que los programas de formación de mayores en los secretos de la red, como los que señalábamos al principio del artículo, no caen en saco roto y que deberían ser una estrategia muy a tener en cuenta por parte de toda empresa interesada en su expansión tecnológica.