Abuelos paparazzi

Captar un momento, un instante. Utilizar la luz adecuada, el enfoque correcto, un buen encuadre, percibir los colores e incluso las sensaciones de un instante mágico. Eso es la fotografía, un arte que permite hacer eterno algo ya pasado.

Los mayores no se quedan atrás en esto de la fotografía y del mismo modo que se han adaptado a las nuevas tecnologías, Internet, los ordenadores o los móviles, también es cada vez más frecuente ver a un senior con su cámara de fotos colgada del cuello.

Los abuelos ganan a los nietos por goleada en eso de ver el mundo con otros ojos, desde otro prisma. Ellos cuentan con millones de experiencias y vivencias que les permiten dar una perspectiva diferente a las imágenes. Por eso, los mayores tienen mucho que aportar al mundo de la fotografía, porque ellos siempre verán algo más que el resto, algo diferente que sólo da el paso de los años.

Hace poco, Cáritas de Vitoria tuvo la gran idea de presentar la exposición fotográfica “Kuartango, un tesoro en el recuerdo”, una muestra en la que las personas mayores de la zona  aportaron más de 600 fotografías con el fin de preservar la historia de su pueblo. Pero esta iniciativa no es la única, diferentes ciudades de España han hecho cosas parecidas, y es que nadie mejor para mostrar sus orígenes que quienes han vivido o aún viven en ese lugar.

Las fotos, en blanco y negro, en color, en sepia o en mate, en formato digital o en papel, tamaño póster o de carné nos han acompañado a lo largo de los años y nos transmiten infinidad de momentos vividos por otros o por nosotros mismos, por gente cercana y por otra que ni siquiera conocemos ni, probablemente, conoceremos nunca.

Antiguamente poseer una cámara de fotos era casi como tener un tesoro, en la actualidad tenemos cámaras de fotos integradas incluso en los teléfonos móviles. Ahora es más sencillo captar el momento, la instantánea, una foto, una imagen… que sigue valiendo más que mil palabras.